Calle sin salida

Calle sin salida

Autor Luis Thenon.

Esta calle no tiene salida. Todas las calles tienen salida. Esta no. Sí, todas tienen. Eso es una afirmación imposible. ¿Por qué? Porque afirmar que todas las calles tienen salida es algo tan simplemente erróneo que parece una estupidez. Las descalificaciones no llevan a ninguna parte. Las afirmaciones imposibles tampoco. Bueno, empecemos de nuevo, pero de manera civilizada. ¡Vaya palabrita esa! Lo digo de otra manera: hablemos sin descalificaciones. Eso parece lenguaje de abogado en una sesión de reconciliación matrimonial. Dejémoslo ahí. Está bien. No, no está bien, pero dejémoslo ahí, de todas maneras ese no es el tema. ¿Y cuál es el tema, las calles sin salida? Sí, ese es el tema, aunque en realidad lo que iba a decir era otra cosa. No sé lo que ibas a decir, pero lo que dijiste es eso, que esta calle no tiene salida. Sí, pero era para hablar de otra cosa. Ah, bueno, hubieras empezado por ahí, ¿para qué decir que esta calle no tiene salida si eso no es el tema del que querés hablar? Si me dejaras terminar sin interrumpir y sin juzgar la mitad de una frase ya habría dicho lo que quería decir y no estaríamos aquí dando vueltas alrededor de nada, como un pato rengo, sin salir jamás del círculo. Bueno, mirá, vamos a hacer una cosa: empezá y llegá hasta el final, y después hablo yo. Eso parece una conversación de radioaficionados, bastante pasado de moda ¿no te parece? No, no me parece, es un hobby y los hobbies no se pasan de moda, pero no tiene importancia, mejor seguí, yo sí te escucho. Ah, bueno, sí, mejor dejemos eso ahí y sigamos; explícame lo de hablar uno y después otro, solo para entender bien, porque eso de las señales… Si no nos damos una señal, ¿cómo querés que sepa cuando terminaste de decir lo que querías? lo que propongo es que vos hablás, me avisás cuando terminás y después hablo yo ¿simple, no? Con todo esto ya me estoy olvidando lo que quería decir. Dijiste: «todas las calles tienen salida» ¿y…? No entiendo ¿terminaste la frase? Sí. ¿Y cómo querés que yo sepa si no me avisás? la señal no es clara ¿ves que lo de los radioaficionados no funciona?
Mirá que sos idiota, dejé la frase en suspenso para que termines de decir lo que querías decir, si te aviso que terminé es como si te volviera a interrumpir, por eso dije «¿y…?» con puntos suspensivos. En una conversación los puntos suspensivos no se ven ¿cómo querés que sepa? Porque ahí queda un tiempo sin hablar, una frase suspendida que es como los tres puntos, así… ¿ves? No, no veo nada. ¿No tenés otra cosa que decir? Sí, pero no quiero interrumpir. No me interrumpís, yo ya dije lo que iba a decir. ¿De qué estábamos hablando? Depende. ¿De qué depende? De lo que se quiera decir, del tema del que se quiera hablar. Esta calle no tiene salida… ¿no me vas a interrumpir, verdad? No. ¿Seguro? Sí. Esta calle no tiene salida, nos equivocamos de camino. No, yo no me equivoqué nada porque el que dijo que conocía este lugar sos vos, además, siempre se puede salir por el mismo lado por el que llegamos, por lo que se deduce que la calle tiene salida, aunque sea la misma que la entrada ¿ves? al final yo tenía razón, no importaba que no hubieras terminado la frase, yo tenía razón. Con todo esto se me olvidó adonde íbamos. No íbamos a ninguna parte, solo estamos caminando para hacer ejercicio, y no te me acerques que no me quiero contagiar. ¿De qué te vas a contagiar? si vivimos juntos.

Québec, 20 de abril del 2020

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