Sangre de Toro

En estas páginas congenian las distintas entidades de la tragedia muerte junto a las de amor-comedia, sin perder de vista el factor denuncia que, de estar ausente, los relatos solo fungirían para evidenciar el absurdo de la vida humana. Con su estilo agridulce, a veces pícaro, a veces irónico, denuncia lo que la mayoría de las personas en la sociedad idealizada prefiere ignorar o callar, las penurias que tiene que soportar día a día el ser femenino, que aun contra toda corriente se empeña en salir adelante, por lo que notarán que la violencia tira y tiende de la ternura una y otra vez, a veces no llegando a diferenciarse la una de la otra. Después de haber leído los cuentos aquí reunidos, muchos y muchas lo pensarán más de dos veces antes de volver a emitir un juicio contra una madre soltera de quien desconocemos los motores de sus respiros; o dudaremos al condenar a una mujer declarando que su posición profesional se debe a cuestiones ajenas a sus capacidades, y cuyo tal vez único pecado sea amar. Pero de la misma manera, seguramente a muchas de ustedes les entrarán ganas de asistir a una boda y hasta querrán ser las damas de honor, inclusive podrían disfrutar de un funeral o evocar sensaciones que creían muertas tan solo recordando algún color como el fucsia; y por supuesto, al final muchas tendrán la certeza de que irán al infierno.
En estas páginas congenian las distintas entidades de la tragedia muerte junto a las de amor-comedia, sin perder de vista el factor denuncia que, de estar ausente, los relatos solo fungirían para evidenciar el absurdo de la vida humana. Con su estilo agridulce, a veces pícaro, a veces irónico, denuncia lo que la mayoría de las personas en la sociedad idealizada prefiere ignorar o callar, las penurias que tiene que soportar día a día el ser femenino, que aun contra toda corriente se empeña en salir adelante, por lo que notarán que la violencia tira y tiende de la ternura una y otra vez, a veces no llegando a diferenciarse la una de la otra. Después de haber leído los cuentos aquí reunidos, muchos y muchas lo pensarán más de dos veces antes de volver a emitir un juicio contra una madre soltera de quien desconocemos los motores de sus respiros; o dudaremos al condenar a una mujer declarando que su posición profesional se debe a cuestiones ajenas a sus capacidades, y cuyo tal vez único pecado sea amar. Pero de la misma manera, seguramente a muchas de ustedes les entrarán ganas de asistir a una boda y hasta querrán ser las damas de honor, inclusive podrían disfrutar de un funeral o evocar sensaciones que creían muertas tan solo recordando algún color como el fucsia; y por supuesto, al final muchas tendrán la certeza de que irán al infierno.