Hueso duro de roer

Hueso duro de roer
«Jaramillo Levi emprende en sus cuentos –como le encanta hacerlo, pues sabe llevarlo muy bien– esa danza entre lo inverosímil y lo cotidiano, lo exacerbado y lo íntimo, lo concreto y lo difuso. Así, nos empuja atravesando espacios existenciales que se despojan de lo etéreo hasta atravesar el hueso, la fibra, la posibilidad de conocer el sabor de la médula, porque la vida es, más allá de la ficción, dureza. (El autor) repasa las etapas de la vida, las diversas capas y adherencias de dilemas medulares y acerados, pero fundamentales. A fin de cuentas, a sus años y con tanta obra suya en el mundo no hay tema que se le resista…» – Fragmentos del prólogo de Ela Urriola
«Jaramillo Levi emprende en sus cuentos –como le encanta hacerlo, pues sabe llevarlo muy bien– esa danza entre lo inverosímil y lo cotidiano, lo exacerbado y lo íntimo, lo concreto y lo difuso. Así, nos empuja atravesando espacios existenciales que se despojan de lo etéreo hasta atravesar el hueso, la fibra, la posibilidad de conocer el sabor de la médula, porque la vida es, más allá de la ficción, dureza. (El autor) repasa las etapas de la vida, las diversas capas y adherencias de dilemas medulares y acerados, pero fundamentales. A fin de cuentas, a sus años y con tanta obra suya en el mundo no hay tema que se le resista…» – Fragmentos del prólogo de Ela Urriola