Cenizas

Cenizas
«Federico Rosales descubre en el crepúsculo de su vida que está a las puertas de olvidar sin remedio y entonces decide recuperar crónicas y memorias. Guiado acertadamente por la pluma de Carlos Morera Beita, este personaje nos conduce a través de su vida, y nos la cuenta. En el transcurso de la lectura, descubrimos tradiciones y saberes ancestrales indígenas, conocemos de plantas y nos adentramos en hechos políticos de la Costa Rica contemporánea y hasta nuestros días. Carlos Morera nos lleva de la mano por la historia de un hombre que se rehúsa a pasar por la vida sin reportar su presencia y enseñarnos en el camino que la vida es una suma de intentos y de sueños, de renuncias y pasiones que se alcanzan. El autor nos enseña una vez más, en esta, su segunda novela, que de la poesía se pueden construir relatos y se puede aportar a la historia. Porque “Cenizas” está lleno de eso: de poesía, de imágenes e historias y especialmente de memorias, que prometen contribuir a la salvación de los desmemoriados.» – Shirley Campbell Barr
«Federico Rosales descubre en el crepúsculo de su vida que está a las puertas de olvidar sin remedio y entonces decide recuperar crónicas y memorias. Guiado acertadamente por la pluma de Carlos Morera Beita, este personaje nos conduce a través de su vida, y nos la cuenta. En el transcurso de la lectura, descubrimos tradiciones y saberes ancestrales indígenas, conocemos de plantas y nos adentramos en hechos políticos de la Costa Rica contemporánea y hasta nuestros días. Carlos Morera nos lleva de la mano por la historia de un hombre que se rehúsa a pasar por la vida sin reportar su presencia y enseñarnos en el camino que la vida es una suma de intentos y de sueños, de renuncias y pasiones que se alcanzan. El autor nos enseña una vez más, en esta, su segunda novela, que de la poesía se pueden construir relatos y se puede aportar a la historia. Porque “Cenizas” está lleno de eso: de poesía, de imágenes e historias y especialmente de memorias, que prometen contribuir a la salvación de los desmemoriados.» – Shirley Campbell Barr