Todo lo escrito es un lago

Todo lo escrito es un lago
«En Todo lo escrito es un lago, Uriel Quesada desborda corporalidad, la propia –llena de historias fascinantes–, la de sus seres queridos –siempre presentes en su vida– y la de los lugares –imaginarios, físicos o en plena formación– donde todos estos cuerpos confluyen. Estamos ante una obra que mezcla biografía con literatura de viajes y ensayística, y que expone las contradicciones del migrante que comprueba con resignación que se ha vuelto «ciudadano de ninguna parte» que ha de seguir su viaje «quién sabe hasta dónde y hasta cuándo».»
«En Todo lo escrito es un lago, Uriel Quesada desborda corporalidad, la propia –llena de historias fascinantes–, la de sus seres queridos –siempre presentes en su vida– y la de los lugares –imaginarios, físicos o en plena formación– donde todos estos cuerpos confluyen. Estamos ante una obra que mezcla biografía con literatura de viajes y ensayística, y que expone las contradicciones del migrante que comprueba con resignación que se ha vuelto «ciudadano de ninguna parte» que ha de seguir su viaje «quién sabe hasta dónde y hasta cuándo».»