Fabulaciones

Fabulaciones
Fabulaciones del nuevo cine costarricense pretende explicar el desarrollo de la producción audiovisual en nuestro país -que en década y media quintuplicó la realización de largometrajes con respecto al siglo XX- e indagar en la construcción de un imaginario colectivo caracterizado por una compleja y rica diversidad de obras, directores, temas, géneros y estilos. Si bien no se puede hablar de una cinematografía en términos de homogeneidad, sino de pluralidad, Costa Rica vive el vigoroso crecimiento de su realización audiovisual, una creación que se nutre de una creciente visibilidad social, de fondos de ayuda, de la profesionalización del medio y de la tentativa por institucionalizar una política pública que permita su consolidación como industria cultural y creativa. Las 50 películas producidas en lo que va del siglo XXI atestiguan la búsqueda de lenguajes propios y de nuevas formas de apropiarse tanto de las tecnologías como de los conflictos contemporáneos. Desde formatos de 35 mm, mezclas de cine 35 mm y 16 mm hasta largometrajes grabados con pequeñas cámaras digitales, la realización audiovisual habla de una sociedad que se replantea incesantemente lo que hasta poco eran sus certezas. A esta permanente exploración de técnicas, estéticas y contenidos, que a veces pasan por la denuncia de la corrupción, la inmigración, el relato íntimo, la comedia o el desencanto, se une un público que quizá por primera vez en la historia de la producción nacional quiere verse problematizado en la pantalla.
Fabulaciones del nuevo cine costarricense pretende explicar el desarrollo de la producción audiovisual en nuestro país -que en década y media quintuplicó la realización de largometrajes con respecto al siglo XX- e indagar en la construcción de un imaginario colectivo caracterizado por una compleja y rica diversidad de obras, directores, temas, géneros y estilos. Si bien no se puede hablar de una cinematografía en términos de homogeneidad, sino de pluralidad, Costa Rica vive el vigoroso crecimiento de su realización audiovisual, una creación que se nutre de una creciente visibilidad social, de fondos de ayuda, de la profesionalización del medio y de la tentativa por institucionalizar una política pública que permita su consolidación como industria cultural y creativa. Las 50 películas producidas en lo que va del siglo XXI atestiguan la búsqueda de lenguajes propios y de nuevas formas de apropiarse tanto de las tecnologías como de los conflictos contemporáneos. Desde formatos de 35 mm, mezclas de cine 35 mm y 16 mm hasta largometrajes grabados con pequeñas cámaras digitales, la realización audiovisual habla de una sociedad que se replantea incesantemente lo que hasta poco eran sus certezas. A esta permanente exploración de técnicas, estéticas y contenidos, que a veces pasan por la denuncia de la corrupción, la inmigración, el relato íntimo, la comedia o el desencanto, se une un público que quizá por primera vez en la historia de la producción nacional quiere verse problematizado en la pantalla.