El volcán, la naturaleza, conocimientos antiguos de las mujeres, la hermandad y los libros son elementos que aparecen repetitivamente a través del libro, hilvanando los cuentos y conectando personajes de historias en apariencia, lejanas. La autora nos conduce por selvas tropicales a las faldas de un volcán en furia, cuyos pobladores aledaños temen, y ofrecen sacrificios al gran coloso. Las grandes sacrificadas de los cuentos, como ha sido en la historia de la humanidad, son las mujeres, mujeres marcadas por un sol naciente, un sol de sangre.
Parte de lo que más disfruté del libro, fue poder caminar por senderos en los que me imaginé huyendo a la pobre Nirú, luego admirar el gran lago en el cual me pareció dilucidar su rostro, también admirar la belleza sublime del Arenal, imaginarmelo en llamas, como lo estuvo en el 68. Por un momento me imaginé siendo una chica más de esa hermandad, cuya historia también estaba en ese libro.
Autora Marcela Salazar